Tuesday, January 31, 2006

Joven de espíritu

Ayer escuchaba por 21.563 vez el tópico más tópico que conozco "la edad no es cosa física, sino cómo se siente uno, si uno se siente joven es joven". Y vale, que como consuelo está bien, sobre todo porque se le da la palabra "joven" un valor excepcional, como si sólo sirviera ser "joven", como si el hecho de ser "joven" fuera una panacea de felicidad. Y no es exactamente así. Hay muchos jóvenes tristes, que nacieron ya cansados, jóvenes con problemas de depresión, inseguridad, con meteduras de pata que hipotecan sus vidas futuras, jóvenes aburridos, insulsos, pesados, estúpidos. Y los hay alegres, simpáticos, torbellinos, claro, también, porque hay de todo.

Sí que es cierto que siendo joven físicamente uno aguanta más y tiene menos arrugas y kilos, pero lo que determina que uno sea alegre o medianamente feliz no es tanto la edad como la personalidad y las circunstancias. Sin embargo, éste culto a la "juventud", a lo que se supone que es una juventud idealizada, hace que uno no sea capaz de decir "ya soy mayor" o "no soy joven" sin cierta vergüenza o rabia. No, no se puede decir "soy viejo y a mucha honra, bien que me he comido y me como la vida a bocados", sino que hay que decir el tópico de "que uno es joven por dentro" y todas esas gilipolleces. No, uno no es joven por dentro, si se es viejo se es viejo y punto. Y se puede ser viejo y divertirse, y ser abierto, y tener ganas de aprender. Y no pasa nada por ser viejo. Es una etapa más, como la juventud, o la niñez, que no son virtudes ni cualidades, sino etapas. Hay jóvenes tristes y amargados, y viejos alegres como un cascabel. Se es uno, y van pasando las etapas. Y de cada etapa se caza lo que se puede, se devora y al buche.

Yo recuerdo mi juventud - porque no es que sea aún vieja, que todavía me queda, sino madurita - con cierta nostalgia, simpatía y algunas tristezas. Pero no me cambiaría. No me cambiaría por quien fui ni desearía volver atrás. Mi piel es ya menos tersa, tengo ciertas marcas de expresión, algunas canas y a veces observo como ha cambiado mi rostro, más redondito y dulce antes, afilado ahora. Pero no me cambio. Son etapas, fueron etapas. La Universidad fue divertida, pero también muy pesada en sus obligaciones de exámenes y en estudiar tonterías que nunca me han servido para nada. La responsabilidad que tengo ahora es mi responsabilidad porque me la he buscado yo, pero no es una responsabilidad impuesta ya que no tengo que dar cuentas a ningún adulto, sino que soy yo el adulto. Y es magnífico ser adulto y responsable y saber que nadie puede decidir por uno. Que soy yo quien decide y punto.

No, yo no soy joven por dentro. Mi optimismo, mi alegría, no es juventud. Soy así porque soy así y mi evolución me ha llevado a ello. No sé cómo seré dentro de veinte años, si "soy", pero seré más vieja, tanto por dentro como por fuera. Son etapas. Y me gustaría disfrutar, como me gusta disfrutar ahora. No me da miedo la vejez porque siempre he imaginado que iba a vivir muchos años y sería una viejecita enjuta y sobria de cabello blanco y muchas arrugas limpias dedicada a la vida contemplativa, casi monacal (es que tengo una parte así como de eremita que me da de vez en cuando). Y a lo mejor me da entonces por la gilipollez de decir que "soy joven de espíritu", que nunca se sabe.

Thursday, January 19, 2006

Baja temporal

Y ahora varicela. La niña tiene varicela. En fin, que no hay manera de salir de este círculo infernal de enfermedades. Yo aún no me he recuperado de mi resfriado (sigo tosiendo y un poco destemplada) y ella se pilla otro virus tras haber sufrido una fuerte gastroenteritis -por la que estuvo ingresada- y un resfriado en las últimas tres semanas. Aguantar el tirón, no queda otra, y paciencia, mucha paciencia. Yo me estoy metiendo chutes de vitaminas y jalea real para ver si así mejoro mi sistema inmunológico, que no acaba de despegar. A ella mimos, muchos, que los necesita, curarle las ampollitas, darle toda la calidad de vida posible y vigilar su estado. Y no puedo hacer mucho más. La cotidianeidad de virus me come los días, días que pasan y dejan un sabor extaño de estarse perdiendo en toses, dolor, malestares, trabajo, preocupación y lloros. Días opacos, decía un amigo. Sí, precisamente eso.

Por ahora no doy para más. Me gustaría seguir escribiendo en la bitácora pero no tengo tiempo ni para desarrollar un tema, por lo que aparco la bitácora por un par de semanas, para ver si en este tiempo logro recuperar mis días y el tiempo de decir algo. Mietras tanto, como estoy muy enganchada a esto, estaré por aquí: http://somos-como-somos.com , un foro nuevo con gente conocida con la que tantos buenos ratos he pasado. Los foros tienen eso, que son rápidos, divertidos, dinámicos y me exigen menos dedicación que una bitácora en estos momentos en los que no dispongo de apenas tiempo, ya que no estoy para desarrollar temas. Es que, básicamente, ni pensar puedo.

Como no me funciona el sitema de links, dejo el foro en mis enlaces.



Y bueno, dejo ya de quejarme por unos días. Espero volver renovada gracias a las vitaminas y la jalea real (milagro, que se haga el milagro) y sin quejas de toses y dolencias varias.

Besos para todos y nos leemos muy pronto.