Transcendencia
Ya no se puede ser frívola, ni anodina, ni intrascendente. Se acabaron los tiempos en los que una se compraba unas bragas pensando sólo en detalles superfluos como que sean monas, que no piquen, que las costuras no dejen marcas, que sean cómodas. Ahora, comprarse las bragas es todo un momento de reflexión sobre el mundo y de involucrarse a fondo en temas de extrema importancia como la vida, el ser humano, si hay seres en otros planetas, si las alcachofas transgénicas tendrán las flores naranjas o azules, si la mosca del vinagre está con depresión debido al estress.
Compro un pijama y la dependienta me da un catálogo que mete en la bolsa. En casa lo miro por curiosidad, por ver si hay otros pijamas y ropa interior que me gusten. Nada más abrirlo me sorprendo: es una revista y en inglés, algo así como un "estilo de vida en pijama y bragas y sujetador". Hojeo brevemente y encuentro un artículo, muy estiloso y mono en su presentación que se titula "Do you blog?". Y leo después de la definición de lo que es un blog: "diario íntimo público" (uhhhh, anda si estoy contando mis intimidades) que dice "¿Serán los blogs la nueva esperanza de salvación del pueblo?".
Y yo me sentí culpable de estar pensando en si las costuras me iban a picar. Muy culpable. Horríblemente culpable. Porque jo, estaban hablando de salvar al pueblo mediante los blogs. Y yo pensando en el color y lo fashion de unas lentejuelas que tiene así como verdes. Y me sentí todavía más culpable. Hojeé el resto de revista, huyendo vergonzosamente del artículo en cuestión y encontré a modelos muy delgadas, estilo Kate Moss, con poses que son las que se suponen deben tener las de intelectuales frikis interesantes, un poco espatarradas, y así como con un aire de transcendencia postmoderna bragueril y pijamil que me hizo llegar a la conclusión de que ellas sí están salvando el mundo a través de las bragas, y de que el hecho que las costuras picasen o no, era una banalidad de la que debo arrepentirme porque vistas las estóicas poses está claro que eso no es lo verdaderamente importante.
Otra de las cosas que percibí en mi transcendente viaje entre sujetadores empíricos fue el nombre de Houellebeqc un par de veces. Y, jo, es que soy un desastre. Si no nombras a Houellebecq hoy en día no eres nadie, pero nadie. Y yo nunca lo he nombrado hasta ahora, por lo que me di cuenta de que no soy nadie. Pero eso lo voy a arreglar en la última línea de éste post.
Bueno, a lo que iba. Que resulta que los blogs pueden ser una esperanza de salvación del pueblo y yo aquí sin saberlo y sin salvar al pueblo de tantas y tantas amenazas que se ciernen sobre él. Que sé que al haber comprado bragas, sujetadores y pijamas de la susodicha marca estoy contribuyendo de alguna forma a la salvación de la humanidad, por lo que me siento tremendamente orgullosa, pero claro, me queda un resquicio de culpablidad (ay, mi conciencia) por no haber usado nunca mi blog, que es un arma poderosísima, parece ser, para salvar al pueblo. ¿Y qué hago? ¿Cómo os salvo? ¿Podré salvar a la bumanidad si cuento lo que he desayunado hoy o a quién he visto en el centro comercial? ¿Si os digo que Madame S., mi vecina, va con sandalias y calcetines raídos en pleno invierno puede ser un asunto de vital importancia en el que toem cartas la OTAN y el Pentágono? ¿El hecho de que mi vecino de enfrente se pelee con su novia en el descansillo del ascensor cada dos días (son de un discreto... y eso que viven juntos, por lo que se podrían pelear dentro) podría evitar una invasión extraterrestre? ¿Y el italiano malo maloso que anda desaparecido desde hace más de un mes y no sé si se lo han comido en la lasaña? ¿Podría esto solucionar el hambre en el mundo? Que todo esto pueda salvar a la humanidad me parece de una tal transcendencia e importancia en mi vida que me ha dado un shock y creo que se me ha fundido el chip de la frivolidad. Ya no podré ser más frívola porque llevo un pijama transcendente y un sujetador filosófico. Pediré consejo a Lucía Bert, de las transcendentes bragas malva, que fue iluminada mucho antes que yo por la senda de las bragas virtuosas para ver como puedo enfocar esta nueva etapa de mi vida.
Pose así como intelectual friki postmoderna con gafas coloreadas para no ver un carajo, me echo el pelo hacia atrás en plan empijada Victoria Beckham y hala, preparaos, que voy a salvar al mundo. Houellebecq, Houellebecq, Houellebecq, Houellebecq, Houellebecq, Houellebecq. Por obra y gracia del santísimo pijama ya soy alguien. Houellebecq, Houellebecq, Houellebecq, Houellebeq. Gracias, oh, aturquesado pijama mío: Ya siento que soy alguien. Houellebecq, Houellebeqc, Houellebeqc.
Compro un pijama y la dependienta me da un catálogo que mete en la bolsa. En casa lo miro por curiosidad, por ver si hay otros pijamas y ropa interior que me gusten. Nada más abrirlo me sorprendo: es una revista y en inglés, algo así como un "estilo de vida en pijama y bragas y sujetador". Hojeo brevemente y encuentro un artículo, muy estiloso y mono en su presentación que se titula "Do you blog?". Y leo después de la definición de lo que es un blog: "diario íntimo público" (uhhhh, anda si estoy contando mis intimidades) que dice "¿Serán los blogs la nueva esperanza de salvación del pueblo?".
Y yo me sentí culpable de estar pensando en si las costuras me iban a picar. Muy culpable. Horríblemente culpable. Porque jo, estaban hablando de salvar al pueblo mediante los blogs. Y yo pensando en el color y lo fashion de unas lentejuelas que tiene así como verdes. Y me sentí todavía más culpable. Hojeé el resto de revista, huyendo vergonzosamente del artículo en cuestión y encontré a modelos muy delgadas, estilo Kate Moss, con poses que son las que se suponen deben tener las de intelectuales frikis interesantes, un poco espatarradas, y así como con un aire de transcendencia postmoderna bragueril y pijamil que me hizo llegar a la conclusión de que ellas sí están salvando el mundo a través de las bragas, y de que el hecho que las costuras picasen o no, era una banalidad de la que debo arrepentirme porque vistas las estóicas poses está claro que eso no es lo verdaderamente importante.
Otra de las cosas que percibí en mi transcendente viaje entre sujetadores empíricos fue el nombre de Houellebeqc un par de veces. Y, jo, es que soy un desastre. Si no nombras a Houellebecq hoy en día no eres nadie, pero nadie. Y yo nunca lo he nombrado hasta ahora, por lo que me di cuenta de que no soy nadie. Pero eso lo voy a arreglar en la última línea de éste post.
Bueno, a lo que iba. Que resulta que los blogs pueden ser una esperanza de salvación del pueblo y yo aquí sin saberlo y sin salvar al pueblo de tantas y tantas amenazas que se ciernen sobre él. Que sé que al haber comprado bragas, sujetadores y pijamas de la susodicha marca estoy contribuyendo de alguna forma a la salvación de la humanidad, por lo que me siento tremendamente orgullosa, pero claro, me queda un resquicio de culpablidad (ay, mi conciencia) por no haber usado nunca mi blog, que es un arma poderosísima, parece ser, para salvar al pueblo. ¿Y qué hago? ¿Cómo os salvo? ¿Podré salvar a la bumanidad si cuento lo que he desayunado hoy o a quién he visto en el centro comercial? ¿Si os digo que Madame S., mi vecina, va con sandalias y calcetines raídos en pleno invierno puede ser un asunto de vital importancia en el que toem cartas la OTAN y el Pentágono? ¿El hecho de que mi vecino de enfrente se pelee con su novia en el descansillo del ascensor cada dos días (son de un discreto... y eso que viven juntos, por lo que se podrían pelear dentro) podría evitar una invasión extraterrestre? ¿Y el italiano malo maloso que anda desaparecido desde hace más de un mes y no sé si se lo han comido en la lasaña? ¿Podría esto solucionar el hambre en el mundo? Que todo esto pueda salvar a la humanidad me parece de una tal transcendencia e importancia en mi vida que me ha dado un shock y creo que se me ha fundido el chip de la frivolidad. Ya no podré ser más frívola porque llevo un pijama transcendente y un sujetador filosófico. Pediré consejo a Lucía Bert, de las transcendentes bragas malva, que fue iluminada mucho antes que yo por la senda de las bragas virtuosas para ver como puedo enfocar esta nueva etapa de mi vida.
Pose así como intelectual friki postmoderna con gafas coloreadas para no ver un carajo, me echo el pelo hacia atrás en plan empijada Victoria Beckham y hala, preparaos, que voy a salvar al mundo. Houellebecq, Houellebecq, Houellebecq, Houellebecq, Houellebecq, Houellebecq. Por obra y gracia del santísimo pijama ya soy alguien. Houellebecq, Houellebecq, Houellebecq, Houellebeq. Gracias, oh, aturquesado pijama mío: Ya siento que soy alguien. Houellebecq, Houellebeqc, Houellebeqc.